El desayuno es altamente recomendado por considerárselo la comida más importante del día.  Con él obtendremos energías y vitaminas que nos servirán para todo el resto del día. Además, es la primera comida que consumimos después de haber estado un número de horas durmiendo.

Existen varios beneficios para la salud relacionados directamente con la ingesta de un desayuno equilibrado:

• Mejora el estado nutricional (grado en el que nuestras necesidades de energía y nutrientes quedan cubiertas mediante los alimentos que consumimos).

• El desayuno contribuye significativamente a los aportes diarios de vitaminas y minerales. Estudios realizados en población infantil han evidenciado aportes inferiores para ciertos minerales (hierro, calcio, magnesio y cinc) y vitaminas en los que no desayunaban en comparación con los que consumían esta ración.

• Las personas que desayunan mantienen el peso dentro de límites saludables.

¿Qué ocurre si no desayunamos?

Las personas que omiten el desayuno ponen en marcha una serie de mecanismos en el organismo para mantener el nivel de azúcar en la sangre. Estos cambios hormonales alteran la conducta e influyen negativamente en el rendimiento físico e intelectual. La falta de glucosa empuja a nuestro cuerpo a quemar otras reservas energéticas. Esto causa alteraciones en el normal funcionamiento orgánico. En edades escolares, esto puede afectar el aprendizaje y el rendimiento del niño. La capacidad de expresión, memoria, creatividad y de resolución de problemas quedan particularmente afectadas.